10.5.08

Aquella sonrisa…

Desperté, el sueño había sido largo. No recuerdo a que hora había dormido, solo fue un acto que mi cuerpo había necesitado, y sobre lo que mi consiente mandase, lo había realizado. Abrí mis ojos, no sin cierta desconfianza ­­—sabia donde me encontraba— pero aun así tenía un miedo extraño a no encontrarlo igual. Vi la ropa desalineada y diversos objetos sobre la mesa, que desde la posición en que me encontraba no logre identificarlos a todos.

Note algo extraño, hacia el fondo de la habitación donde se encuentra la ventana —uno de los pocos elementos que me recuerda que vivo en este mundo— ahora mostraba algo diferente. El cristal estaba siendo agredido por unas gotas que inconstantes caían del cielo. Llovía como muchas otras veces en esta inconstante ciudad. Una lluvia que suele ser muy agradable para los que como yo se encontraban en su casa en un lugar cómodo y caliente, sin embargo, para aquellos que tienen la poca fortuna de caminar resulta molesto. En ocasiones como esas, el llevar paraguas resulta un poco absurdo y exagerado, pero no llevarlo implica el acabar casi empapado después de unos cuantos metros.

Es extraña la manera en que se hilan las ideas; no recuerdo el orden en que se presentaron, recuerdo solo algunas de ellas: las veces en que acabe mojado, los lugares en que vi la lluvia, hasta llegar a aquella persona —la relación no la entiendo— solo me llego su imagen.

No hay comentarios: